¿Te da respeto la anestesia en el dentista? No eres el único. Muchos pacientes sienten dudas o incluso miedo cuando saben que su tratamiento requiere anestesia. Es normal: entre el 15% y el 30% de las personas sufren algún grado de ansiedad al acudir a la consulta. Por eso queremos explicarte de forma sencilla cómo funciona la anestesia dental, qué tipos existen, qué efectos secundarios puede tener y cómo desde nuestra clínica trabajamos para que tu experiencia sea siempre cómoda y segura.

¿Por qué usamos anestesia en odontología?

La anestesia dental permite a los profesionales realizar tratamientos sin dolor, lo que se traduce en una experiencia mucho más llevadera para el paciente. Su objetivo es bloquear temporalmente la sensibilidad de una zona específica de la boca para que el procedimiento sea cómodo y seguro. Además, algunos tipos de anestesia incluyen fármacos que ayudan a reducir la ansiedad o incluso a relajar el cuerpo entero en procedimientos más largos o complejos.

Para muchas personas, el simple hecho de entender cómo funciona la anestesia ya es un primer paso para reducir el miedo. En nuestra clínica, creemos firmemente que la información clara y la confianza son los mejores aliados para vencer la ansiedad dental.

Tipos de anestesia dental y cuándo se utilizan

1. Anestesia local: la más utilizada

La anestesia local es el método más común en odontología. Es la que empleamos para la mayoría de tratamientos, desde empastes y endodoncias hasta limpiezas profundas, colocación de implantes o cirugías sencillas.

Cuando se aplica anestesia local, sólo se adormece la zona de la boca donde vamos a trabajar. El paciente permanece despierto y puede comunicarse con el dentista en todo momento. La sensación es de adormecimiento en la zona tratada, lo que permite que no se sienta dolor durante el procedimiento.

Formas de administración:

  • Tópica (geles o sprays): adormece de forma superficial las encías o la mucosa. Se suele utilizar antes de la inyección para minimizar la molestia del pinchazo.
  • Inyectada: adormece áreas más profundas. Existen dos tipos principales:
    • Inyecciones en bloque o tronculares: afectan a una región completa, como toda la mitad inferior de la mandíbula. Es útil en extracciones, endodoncias o tratamientos de molares.
    • Infiltración:actúa sobre una zona más pequeña y localizada, ideal para
      tratamientos menos invasivos.

2. Sedación: relajación durante tu tratamiento

La sedación dental es una gran aliada para pacientes con ansiedad, miedo intenso o reflejo nauseoso muy marcado. También es útil en procedimientos más largos o para personas con necesidades especiales.

Tipos de sedación:

  • Inhalatoria (óxido nitroso):conocido como “gas de la risa”, se administra mediante una mascarilla nasal. Proporciona una sensación de relajación y bienestar sin perder la conciencia. Sus efectos aparecen y desaparecen rápidamente, por lo que puedes reincorporarte a tu día habitual casi de inmediato.
  • Intravenosa: realizada por un anestesista, permite un control más profundo del nivel de sedación. Puede ser:
    • Leve: estás consciente y puedes responder.
    • Moderada: semiinconsciente, con escaso recuerdo del procedimiento.
    • Profunda: apenas consciente, pero sin llegar a la anestesia general.

3. Anestesia general: sólo en casos muy específicos

La anestesia general no se realiza habitualmente en clínicas dentales, sino en hospitales. Se emplea en cirugías complejas como grandes injertos óseos, cirugías ortognáticas o tratamientos de cáncer oral. El paciente está completamente inconsciente, con relajación muscular total y sin recuerdo del procedimiento. Es un recurso reservado para situaciones muy concretas.

¿Hay efectos secundarios? Lo que debes saber

La anestesia dental es muy segura, y los efectos secundarios, cuando aparecen, suelen ser leves y temporales. Entre los posibles efectos se incluyen:

  • Entumecimiento prolongado de la zona tratada.
  • Hinchazón o pequeños hematomas en la zona de la inyección.
  • Aumento transitorio de la frecuencia cardíaca debido a los vasoconstrictores que a veces se usan para prolongar el efecto de la anestesia.
  • En raras ocasiones, puede haber una lesión nerviosa que cause entumecimiento prolongado o alteraciones de la sensibilidad, aunque suele resolverse con el tiempo.

La alergia a los anestésicos locales es extremadamente rara. Antes de cualquier tratamiento, tu dentista revisará tu historial médico para asegurarse de que no haya ninguna contraindicación.

Cómo te ayudamos a superar el miedo en nuestra clínica

En nuestra clínica entendemos perfectamente que acudir al dentista puede generar nerviosismo. Por eso, además de aplicar las técnicas anestésicas más seguras y efectivas, nos tomamos el tiempo para escuchar tus dudas y explicarte cada paso del procedimiento. Queremos que sientas que tienes el control y que puedes confiar en nosotros.

Si tienes miedo a las agujas, podemos utilizar anestésicos tópicos para minimizar la molestia inicial. Y si la ansiedad es muy elevada, te informaremos de las opciones de sedación para que tu experiencia sea lo más relajada posible.

Nuestro objetivo es que acudir al dentista deje de ser una fuente de estrés y se convierta en un momento para cuidar tu salud con tranquilidad y confianza.

¿Tienes dudas sobre la anestesia dental?

No dejes que el miedo al dolor te impida cuidar tu sonrisa. Contacta con nosotros y estaremos encantados de resolver todas tus preguntas. Recuerda: la información es poder, y en nuestra clínica estamos aquí para acompañarte en cada paso.


Si necesitas la opinión de un profesional, llámanos y te citaremos sin ningún tipo de compromiso.