Respuesta corta para los impacientes
Todos aquellos alimentos que contengan ácidos omega 3 ya que este compuesto, imprescindible para el buen funcionamiento del organismo, no es sintetizable por el hombre de forma natural y por tanto debe consumirse con la dieta o por medio de suplementos alimenticios.
Ejemplos de alimentos que contengan omega 3 son: Pescados azules, marisco, yema de huevo, aceites vegetales, semillas como la de lino o chia que son muy populares, frutos secos como avellanas, nueces y almendras y verduras como la lechuga, el brocoli, las espinacas, la soja o el pepino.
Respuesta larga para los curiosos
Durante los siglos XX y XXI se ha producido un aumento importante de enfermedades con un origen inflamatorio. Las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2 , algunos cánceres, la artritis reumatoide, el asma, las alergias y la periodontitis, son algunos de los ejemplos más conocidos de lo que podrían considerarse enfermedades “recientes” para el ser humano.
Obviamente estas enfermedades existían igualmente en el pasado y cabe especular que el aumento en la esperanza de vida haya sido la causa de su mayor prevalencia en la época moderna.
Sin embargo, a la luz de investigaciones recientes parece que los hábitos cambiantes de la sociedad actual podrían, en gran medida, estar detrás del auge de estas patologías.
A lo largo de los últimos 200 años, a medida que el hombre ha ido evolucionando a nivel industrial, se ha producido un importante cambio en la forma que tenemos de alimentarnos.
La antigua dieta rica en grasas, frutas y verduras, ha dado paso a una dieta rica en carbohidratos y grasas de origen industrial que ha alterado los recursos que nuestro sistema molecular y celular tiene para afrontar los mecanismos más básicos y fundamentales de nuestro organismo.
Uno de los fenómenos que más se ha visto alterado por este cambio de hábitos dietéticos es la forma que tiene nuestro cuerpo de afrontar la inflamación.
La inflamación es la respuesta que tiene el organismo de actuar frente a la infección mediante la secreción de sustancias moleculares muy potentes.
Estas sustancias, además de actuar frente a los microorganismos también provocan cierta destrucción en los tejidos circundantes. Sin embargo, en un sujeto sano la inflamación es un proceso contenido, con un principio y un fin, que trata de resolver la infección creando el menor daño colateral en las estructuras afectadas.
En los últimos 10 años, se ha descubierto que los mecanismos que intervienen en la resolución del proceso inflamatorio no son procesos pasivos sino que en él intervienen una serie de mediadores conocidos como resolvinas.
Son precisamente estas resolvinas las que han revolucionado el conocimiento que hasta ahora se tenía del proceso inflamatorio ya que su descubrimiento implica que su presencia o ausencia podría estar relacionada con la capacidad que tendría cada individuo de responder de forma más o menos eficaz ante la inflamación.
Otro elemento muy interesante que se ha descubierto acerca de las resolvinas es que su producción depende directamente de la presencia de unos ácidos grasos conocidos como omega 3. Este tipo de grasas pertenecen al único grupo de grasas que el cuerpo no es capaz de sintetizar por si mismo y que por lo tanto se deben ingerir mediante la dieta.
Si relacionamos todo lo que acabamos de plantear acerca de las resolvinas y su papel en la resolución del proceso inflamatorio, nos podemos dar cuenta rápidamente de que si la dieta no incluye un aporte suficiente de alimentos con omega 3, tendremos pocas resolvinas y por lo tanto será más difícil para nuestro cuerpo luchar contra la inflamación.
Puesto que el consumo de alimentos ricos en omega 3 ha descendido drásticamente en las dietas modernas debido a la entrada masiva de alimentos ricos en grasas trans y carbohidratos, parece lógico pensar que podría existir una relación entre este hecho y la gran proliferación de enfermedades que cursan con inflamación crónica como la diabetes 2, la artritis, el asma, la hipertensión arterial o la enfermedad periodontal, cuyo tratamiento de periodoncia ofrecemos en la Clínica de Barcelona.
De todas formas, puesto que probar la relación directa entre ambos factores es extremadamente difícil uno debe ser precavido al sacar sus conclusiones y por el momento se debe tener presente que la ciencia solo ha mostrado posibles asociaciones que contribuyen a apoyar la ingesta de determinados tipos de alimentos.
Sin embargo, todavía no existe un consenso claro acerca del verdadero papel que un aporte adecuado de alimentos ricos en omega 3 o suplementos dietéticos de este tipo de productos tendría sobre la prevención y/o el tratamiento de este tipo de patologías.
Nuestra recomendación…
En vista de lo señalado y siguiendo los dictados de la ciencia actual, es que la introducción activa de alimentos ricos en omega 3 a nuestra dieta es sin duda favorable para el correcto funcionamiento de nuestro organismo y muy probablemente nos ayude, junto con otro tipo de medidas, a reducir la prevalencia de determinadas enfermedades, entre ellas la enfermedad periodontal.